lunes, 26 de julio de 2010

EL ATRACO DE ZAPATERO

EL ATRACO DE ZAPATERO

Desde el pasado mes de junio el Presidente del Gobierno me roba de mi nómina 150€. Esto será para los meses y años venideros, con el añadido de la subida del IPC, hasta el día de mi jubilación. Podría pasar por un problema personal, pero el robo afecta por igual al resto de mis colegas de la enseñanza, a los trabajadores de la sanidad que cuidan de nuestra salud, a policías y guardias civiles que velan por nuestra seguridad, a todos los funcionarios, en fin, como se sabe.
¿Pensó el Presidente del Gobierno cuando perpetró el robo a los funcionarios en que éramos nosotros los responsables de la bancarrota del país? Porque si hubiera sido así, si los responsables de la bancarrota somos nosotros, bien tomada estaría la medida.
¿No cayó en la cuenta el Presidente del Gobierno que el último responsable de la bancarrota es él por haber despilfarrado el dinero en tiempos de vacas gordas, en tiempos de la especulación inmobiliaria, cuando entraba dinero a espuertas a las arcas públicas, cuando se multiplicaba el valor del suelo en connivencia con ayuntamientos y comunidades autónomas sin que el gobierno que preside hiciera nada para controlar esos desmanes? ¿No pensó entonces en la creación de un Ministerio de la Vivienda que parara la sangría de la escalada de precios de las casas y pusiera orden en el sector inmobiliario que construía en un año las viviendas necesarias para cuatro? ¿Es que fuimos los funcionarios los responsables de aquella burbuja megalómana y los beneficiarios de aquellas plusvalías astronómicas? ¿No fueron, más bien, bancos y empresarios sin escrúpulos quienes montaron el negocio sin que los poderes públicos, ayuntamientos, comunidades autónomas y el gobierno que usted preside hicieran nada, puesto que ese movimiento especulativo les reportaba ingresos fabulosos en forma de impuestos?
Me parece que el Presidente del Gobierno no pensó en los auténticos responsables de la bancarrota cuando ordenó el robo en la nómina de los funcionarios. De haberlo hecho tendría que haber dimitido por inepto, por no poner coto a los desmanes que condujo al país a la bancarrota.
Podría también haber aceptado su error y haber adoptado una medida más justa. Una medida que hiciera pagar los platos rotos a los responsables últimos, a los cargos públicos. ¿Por qué no decretó un recorte en sus nóminas, que duplican y triplican las de un funcionario medio? En su nómina de Presidente del Gobierno, en la de sus ministros y altos cargos, en las de diputados y senadores del reino, en la de los gobiernos y parlamentos autonómicos, en la de los presidentes y diputados provinciales (que no sé para qué sirven las diputaciones provinciales en un Estado descentralizado), en las nóminas, en fin, de alcaldes y concejales, a veces, superiores a la del mismo Presidente del Gobierno. Un recorte de un 25% en vuestras nóminas seguramente hubiera producido ingresos similares a los que vamos a pagar los funcionarios. De esta manera habría matado dos pájaros de un tiro, a saber: que pagaran los auténticos responsables y que los sueldos de la casta política de este país volvieran a ser similares a las nóminas de los trabajadores como lo eran los tiempos de la Transición, cuando la política interesaba a los ciudadanos.
Pero el Presidente del Gobierno ha elegido el camino más fácil, haciendo pagar el pato a los de siempre, a los trabajadores. Al Presidente del Gobierno se le ha caído la careta de socialista. Al Presidente del Gobierno se le ha caído la cara de vergüenza porque ha traicionado su mensaje fundamental: “el poder no me va a cambiar”. Un mensaje con el que cautivó a millones de personas de bien, que creímos en ese momento en que la política volvía a la senda de la honradez, al camino de la decencia.
Con el robo perpetrado a los funcionarios, el Presidente del Gobierno entra por méritos propios en la casta política de este país, esos seres hechos de otra madera, los mismos que cada cuatro años sudan la camiseta para ganarse el voto que los mantenga en sus poltronas.

miércoles, 14 de julio de 2010

POEMAS DEL ESCORIAL, y 6

A Ninfa Criado y Manolo Ariza,
amigos míos en la Universidad de Sevilla.


Tu sonrisa atractiva
me acompaña hoy como ayer
en el aula VII de la Fábrica de Tabacos,
aunque no vino Manolo Ariza
a cautivarnos con su saber y su inteligencia.

La seguridad que me da tu compañía,
que eres la piedra de granito
que soporta el monasterio de mi vida.

Que eres la flor abierta
en donde libo la miel que me alimenta.

Que eres la vía férrea
a la que me aferro cada ver que descarrilo.

Que eres tú desde el comienzo
un regalo inmerecido,
mi medalla de brillantes,
mi cordón umbilical,
mi sexo y mi conciencia,
mi yugo, mi besana y la mies que me sustenta,
compañera amable, compañera.

martes, 6 de julio de 2010

POEMAS DEL ESCORIAL, 5

En el Parque de Felipe II
en un mediodía claro de julio
a la sombra del abeto centenario
en compañía de la humilde fuentecica
cuyas ondas de agua verde
me llevan hasta ti
.....................
que estarás jugando en el azul océano
que estarás pensándome como yo te pienso
que estarás amándome como yo te amo
que nos aguarda un beso intenso de reencuentro.

POEMAS DEL ESCORIAL, 4

Puse recién una postal en correos
que vuele veloz
hasta tus manos tiernas.

Lo haré a diario
porque eres el pan que me alimenta
y el regazo en donde yago.

Tu ausencia desvela mi sueño
en la fresca noche serrana
y te pienso y te deseo y...

POEMAS DEL ESCORIAL, 3

Las gárgolas de la fuente
vomitan agua tónica de granito
en la Plazuela de la Cruz.

Pero aún así
llega a mí
su cante arabesco
salpicado de finas gotas
de agua limpia y clara.

POEMAS DEL ESCORIAL, 2

De bajadas y subidas
está tu tensión hecha
y la mía.

De caminos y vericuetos
está forjada tu vida
y la mía.

De lecturas y quijotes
tus ojillos desgastados
y los míos.

De playas vírgenes
y océanos profundos
tu horizonte que es el mío.

De frutos secos y agua
clara
nuestro alimento compartido.

POEMAS DEL ESCORIAL, 1

Llegué cansado
y me estabas esperando
como antes como siempre
tu semblante recatado
al pie del monasterio.

Se encendió entonces
los rescoldos de mi antiguo amor
y las letras de tu apellido
en la fachada del viejo hotel
dibujaron de nuevo
tu sonrisa de fortaleza.

lunes, 5 de julio de 2010

El Escorial

Hoy he comenzado mi curso de verano en El Escorial. Llevaba algunos años esperando la ocasión y, con paciencia, todo llega. A veces, como ahora, llega con premio: los gastos del curso los paga el Ministro del ramo (me imagino que con los fondos que Zapatero me roba de mi nómina desde el mes pasado) y, lo que más me importa, hago el curso acompañado de mi amigo del alma, mi hermano brasileño.
Salí de la primera conferencia antes de tiempo y me llegué a la Casa de Infantes, sede donde se imparte el curso "El texto digital" al que asiste Raimundo. No lo veo por aquí, lo mismo pensó como yo en hacerme una visita y nos cruzamos sin vernos por el camino. El caso es que a mi espalda está el Excmo. Sr. Presidente del Congreso de los Diputados, el mayor sueldo político del Reino. Ninguno de los jovencitos periodistas que lo rodean en la improvisada rueda de molino le pregunta por el atraco que le ha dado Zapatero a su nómina congresual. Tengo ganas de volverme y hacerle yo mismo la pregunta, pero mi amor, que me acompaña siempre, me conmina a que desista y continúe con mi poesía, el auténtico pan de cada día, sentencia.